El Mormonismo y Su Adoctrinamiento Infantíl



Barranquilla, 24 de julio de 2015

A menudo, cuando pienso en mi niñez en la secta, y al ver a cientos de niños aún en el adoctrinamiento al que son sometidos alegremente por sus padres, me pregunto si esto no es tan abusivo como “amansarlos” a punta de rejo, como muy tradicionalmente se enseñaba hasta hace algunos años en mi país, o exponerlos a un pedófilo para que éste haga con sus cuerpos lo que bien en su retorcidamente mente le parezca satisfactorio. Como estás mi buen amigo, te preguntarás las razones que tengo para traer este tema a colación, pues en realidad creo, y me imagino que tu también, que ningún padre mormón (o de cualquier otra secta destructiva) puede aceptar que el adoctrinamiento sectario es dañino para sus hijos, mucho menos cuando dicho adoctrinamiento es disfrazado de cristianismo, y cuando esos mismos padres han sido enseñados bajo los mismos parámetros. Cada vez veo a un niño entre 5 y 10 años, o quizás de unos pocos años más, en la iglesia que se sube al púlpito a compartir “su testimonio”, diciendo frases como: “YO SÉ que Cristo vive”, “YO SÉ que José Smith es un profeta verdadero”, “YO SÉ que la iglesia es verdadera”, etc… no puedo sino pensar, ¿Cómo un niño pequeño puede SABER éstas cosas? ¿Entiende acaso un niño la dimensión de la palabras “profeta” o “iglesia verdadera”? o ¿acaso es esto la prueba de que los niños son adoctrinados a creer estas cosas desde la cuna?

Amigo mío, es apenas lógico que como padres deseemos darle a nuestros hijos la mejor educación, ya sea de tipo secular, religiosa, ética, moral, etcétera, dependiendo de lo que nosotros mismos aceptemos como verdad, pero, ¿acaso nos dedicamos a observar como aquello que ha influenciado nuestras vidas afectan a nuestros hijos, haciéndolos esclavos de nuestras convicciones? ¿Es correcto condicionar la mente de nuestros hijos de acuerdo a nuestras creencias, o lo que aceptamos como verdades? ¿No sería mejor dejarlos crecer con mentes libres y que al crecer sean ellos mismos quienes, bajo sus propias conciencias, decidan que creer en lugar de imponerles nuestra fe a la secta?, para ilustrarte más mis pensamientos con relación a éste caso, quisiera compartirte varias cosas que, a mi modo de ver y creo que al de muchos otros de mente libre también, someten a nuestros hijos al adoctrinamiento sectario (mormonismo) desde la cuna.

Primero que todo, creo que las canciones con las que arrullamos a nuestros hijos aún desde el vientre materno cuando somos mormones de pura cepa, tiene ciertas tonalidades y letras muy “obligantes” o impositivas, para mencionarte un ejemplo está el caso de la canción de la primaria “Sigue al profeta

"Sigue al profeta, sigue al profeta,
Sigue al profeta, deja el error.
Sigue al profeta, sigue al profeta,
Lo que él dice manda el Señor."
En esta canción se manipula a los niños para que sigan de forma ciega al “profeta” y a “dejar el error”, diciéndoles indirectamente que lo que no diga dicho “profeta”, está completamente errado, algo bastante peligroso en la educación infantil, pues dicho personaje podría mandar a hacer cosas impensables ,y una mente con dicho adoctrinamiento, simplemente seguiría los mandatos sin pensar en las consecuencias solo por que “lo que él (el profeta) dice manda el Señor”.

Otro ejemplo de la música manipuladora del mormonismo es el himno “Loor al Profeta”, donde letras como ésta,

José Smith en el Cielo Mormón
"¡Loor al Profeta, subido al cielo!
Déspotas luchan en vano contra él,

Y en el cielo está con el Padre.
Nunca la muerte le podrá vencer."
nos hacen creer que en realidad José Smith subió al cielo y que está con Elohim y que además la muerte NUNCA le podrá vencer, aunque, de hecho, fue asesinado en una cárcel hace muchísimos años. Y solamente te estoy mostrando dos ejemplos de dicho “adoctrinamiento musical” dentro de un mar de ejemplos.

Otro clásico ejemplo de sometimiento mental a nuestros niños lo vemos a través de la sección de niños de las revistas que la secta mormona publica, por ejemplo, hoy mientras leía la Liahona, me topé con una especie de cómics donde se pone de manifiesto como se adoctrina a los niños para que sean pagadores de diezmo “integro”, o en otras palabras, como la secta se asegura de tener su principal fuente de ingresos sea estable en el futuro, observa: (Liahona de Junio de 2015, pág. 76-79 Sección PARA LOS MÁS PEQUEÑOS)

Como puedes observar, se plantea el caso de un niño, Jack, que puede ser tu hijo o el mío, quien desea seguir a su profeta, algo por lo que ya ha sido manipulado con las canciones de la primaria, y desea ayudar a construir un templo “blanco y brillante”, una “casa del Señor” y para eso debe PAGAR su diezmo, por lo que el pobre Jack debe regalar sus ahorros que no representarían más que unas cuantas monedas, y para que quede indeleble en las mentes infantiles, el dibujo muestra claramente el frasco transparente donde Jack ha estado haciendo sus ahorros, y que si nuestros queridos niños han mantenido ahorros de monedas por algún tiempo para algún propósito personal como comprarse un vídeo juego, lo “correcto” sería que se olvidaran de dicho propósito y dieran su dinero a su obispo para que éste lo envié al profeta quien construirá un templo, claro está, que estos pobres niños ni se imaginan que quizás su dinero, ese que han ahorrado con tanto esfuerzo y el sacrificio de no gastarlo cuando llegaban a la sección de dulces del supermercado, pudo ser utilizado para construir algo completamente distinto a lo que ellos creen, y que además, va a lucrar a una organización y sus dueños hasta el infinito, por ejemplo, City Creek.

Quisiera dejarte con estos pocos ejemplos del daño que les hacemos a nuestros niños cuando los sometemos a enseñanzas irracionales de tipo sectario como que deben seguir a un líder que ni siquiera conocen y de quien no saben quien sea en realidad, por que éste habla en nombre de dios, o que un hombre que vivió en el siglo XIX subió al cielo y no puede ser vencido por la muerte, o que cuando lleguen a la edad de 18 años es su deber regalar dos años de su vida, posponiendo su educación y/o desarrollo profesional y personal en pro de más adeptos a quienes adoctrinar y exprimir hasta el cansancio, todo esto amigo mío, nos expone a ser hallados cómplices de los dueños de la secta, quienes irónicamente nos manipulan (Noches de “hogar”, yo le llamaría “programación en el hogar”) a nosotros para que nosotros manipulemos a nuestros niños, y mantener así el círculo vicioso de manera indefinida en el tiempo, pues después de todo, si “Instruyes al niño en su camino, aún cuando fuere viejo no se apartará del (Proverbio 22:6)”, y el mormonismo si que sabe sacarle el jugo a éste proverbio.

Por último quisiera decirte que aunque el mensaje o consejo de éstos “videntes” se presenta de manera atractiva y con un aire de santidad, la realidad es que es algo calculado para someternos, por ejemplo, el instigar a los padres para que realicen las “noches de hogar” nos puede presentar un cuadro de preocupación por las familias, pero cuando ahondamos en las verdaderas intenciones, entendemos que la tal preocupación es únicamente hacia la secta, pues del “adoctrinamiento doméstico” depende buena parte de la fidelidad hacia la “iglesia” por parte de los miembros, y la constante repetición de los “principios y mandamientos” que convienen a la secta, y que son enseñados en dichas reuniones familiares, tales como el diezmo, la misión, el ayuno y su correspondiente ofrenda etc, camufladas bajo enseñanzas menos aprovechables por la secta como al amor, la honradez, etc, pero que deben ser igualmente enseñadas para demostrar un cristianismo fingido, deja una huella profunda en las mentes de los participantes de dichos adoctrinamientos mal llamados “noches de hogar”. Por todo esto amigo mío, quisiera que, por tu bien y el de tus hijos, pudieras ser más selectivo y crítico a la hora de enseñar a los mismos, pues sin saberlo podrías estarles haciendo más daño que bien, y recuerda que,

Podemos enseñarles valores morales a nuestros hijos sin la necesidad de someterlos a éste tipo de imposiciones sectarias, que aunque brillan como el oro, no son más que hierro oxidado con una capa superficial de pintura dorada.


Atentamente.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario