Martín Harris, ¿Cómo me Pides que te Crea?


Barranquilla, 9 de marzo de 2015

Querido amigo, de verdad es una alegría el poder escribirte nuevamente. Si recuerdas, en una de mis cartas te comenté sobre David Whitmer y el por qué es difícil creer en su palabra sobre la veracidad del Libro de Mormón y la iglesia de Utah debido a su folleto “Carta a todos los creyentes en Cristo”. En esta misiva deseo hablarte de otro de los testigos del susodicho libro de mormón. Se trata de Martin Harris, un personaje un tanto peculiar, por no decir extraño, cuya vida está tan llena de historias de superstición e inconstancia religiosa que pone, él mismo, en tela de juicio su testimonio sobre su “visión” del ángel con las planchas y lo deja en la posición de testigo poco creíble.

Este veterano de guerra, que además fue acusado por su esposa de abuso e infidelidad, es un claro ejemplo del prototipo de personas que por sus bases supersticiosas eran blanco fácil para un estafador condenado como José Smith, ya que éste decía que las sombras producidas por el titileo de una vela era la presencia del diablo intimidándolo, y además, que había visto a Jesús en la forma de un venado y que conversó con él a lo largo de tres o cuatro kilómetros, entre otras historias del mismo calibre supersticioso. Nuestro amigo Harris era tildado de “visionario fanático” y que su mente estaba “sobresaturada de maravillas con una reputación alocada”. No cabe duda que dichas referencias sobre su carácter y personalidad hacen un esfuerzo por no llamarlo loco.
James Strang con un fragmento de sus planchas
Amigo mío, el señor Martin Harris antes de abrazar el mormonismo ya había cambiado de religión en por lo menos cinco ocasiones y continuó con este patrón aún después de haberse hecho “testigo de la veracidad del Libro de Mormón”, pues junto con muchos otros de los principales líderes, guiados por Warren Parrish, acusaron de fraude a Smith y a Rigdon por el asunto del banco de Kirtland siendo todos excomulgados, éstos reorganizaron la iglesia con el nombre de “La Iglesia de Cristo”, y tomaron control del Templo de Kirtland. Además de esta sublevación en la que participaron los TRES TESTIGOS, algunos de los OCHO TESTIGOS, APÓSTOLES, y otros LÍDERES prominentes, Harris también se involucró con muchos otros “apostatas” al punto de ser “testigo fiel” y misionero de éstos, tales como James Strang, quien también decía tener planchas y testigos y para quien Martin fue misionero en Inglaterra, Gladden Bishop también auto nombrado profeta y para quien Harris fue uno de sus testigos especiales, Ann Lee y su secta “los Shakers”, de quienes declaró que tenía tantas pruebas para el libro de éstos (los Shakers) como las que tenía para el libro de Mormón, lo cual no me asombra dado su mentalidad y personalidad supersticiosas. Como ves mi querido amigo, el solo hecho de dar aceptación a la palabra de un hombre con una mentalidad tan fluctuante y alocada en un hecho tan trascendental como la salvación del alma humana, nos coloca en la posición de irracionales y tontos y a Dios en la de un ser sin omnisciencia al “escoger” una serie de personajes con estos problemas de credibilidad. Eso sin anotar los muchos conflictos de intereses que estos tenían con la publicación y posterior éxito en ventas del Libro de Mormón, ya que el citado Harris había hipotecado su granja para pagar la impresión del mismo y por lo cual posteriormente la perdió.

Reunión de "Los Shakers"
También, mi querido amigo, se ha dicho mucho sobre el encuentro de Martin Harris con el profesor Charles Anthon, de cuyo encuentro sólo tenemos las palabras de este “testigo” poco creíble (Martin Harris), donde dicho Profesor hace una autenticación de unos caracteres en “egipcio reformado” y que éste le había dicho a Harris que él podría traducirlas, cuando para esa época aún no se había descubierto la Piedra Rosetta por lo que el egipcio era indescifrable. Además de esto, el mismo Anthon declaró en una carta a un señor ED Howe el 17 de febrero de 1834 que dicha historia de Harris era falsa y que había identificado dichos caracteres como un engaño y que él (Charles Anthon) le había dicho a Harris que los escritos eran parte de “un plan para engañar al agricultor (Martin Harris) …” Al finalizar su vida, el señor Harris pudo reunirse con los “santos” en Utah en 1870, donde fue rebautizado, pero dicha reunión solo pudo ser posible después de hacer una colecta entre los miembros de US$ 200 debido a la pobreza de éste. Que irónico cierto, el hombre que había pagado con su granja por el Libro de Mormón, ahora vivía en la suma pobreza al grado de necesitar de la caridad colectiva de la iglesia que le debía a él la “piedra angular de su religión”. Creo que esto es claro ejemplo de lo que la iglesia pretende al pedirnos que hagamos “convenios sagrados” con su Dios de “consagrar” nuestras posesiones para engrosar las cuentas bancarias de los “videntes”, aún a expensas de nuestras necesidades y la de nuestras familias.

Charles Anton

Por último mi buen amigo, sólo me queda decirte que si basamos nuestras creencias y nuestra fe en la palabra de personajes como Martin Harris, muy seguramente estaremos nadando en el mar de la incertidumbre, pues como los hechos históricos lo han demostrado, ni él mismo sabía donde estaba parado ni hacia dónde se dirigía, por lo tanto, no malgastes tu tiempo, esfuerzos y dinero en una causa que desde sus inicios demostró que fue calculada para engañar. Más bien continúa en la búsqueda de la verdad a través del estudio de estos temas con fuentes objetivas, y de esa forma lograrás tu realización de carácter espiritual. Recuerda que no necesitas una religión para “salvarte” u obtener la “vida eterna“, sólo debes conocer al maestro y eso es muy fácil de hacer, pues Él no usa intermediarios ni cobra dinero, pues de su boca brotaron estas palabras:

“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien haz enviado. (Juan 17:3)”

Attentamente.

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