jueves, 19 de noviembre de 2015

"Mentir o Difamar por el Señor", una Costumbre Mormona



Es común encontrar entre los grupos sectarios a personas que usan los medios más bajos para encumbrar a su grupo o lider, sin importar la vida y buen nombre de quien tengan que pisotear, pues para ellos es más importante que su secta salga "avanti" a cualquier costo, olvidándose que lo que presumen es ser una organización religiosa. Continúa con la lectura y te enterarás de un deshonroso acto de maldad perpetrado por los pseudo-religiosos mormones.

El 25 de enero de 2013 se publicó en el portal web católico un testimonio de una ex-mormona llamada Yasmin Oré Ramirez, quien relata su paso por la iglesia mormona, dicho relato es tan detallado y ajustado a la realidad de la secta que, a mi personalmente, no me caben dudas de él. Sin embargo, lo que sucedió después nos da una luz de los alcances de la secta y sus acérrimos defensores. 



Esta es la publicación del testimonio:
"Testimonio de ex-mormona: "descubrí que los mormones no tienen argumentos ni respuestas" Luis Santamaría, el 25.01.13 a las 8:59 AM 
Yasmin Oré Ramírez, hoy con 28 años de edad, nació y creció en Lima, Perú, en una familia de tradición católica… hasta que una amiga le invitó a los mormones. Entró en el mormonismo buscando gente acogedora, virtuosa y protectora, pero cuando ella intentó extender esa fe descubrió que ni se sostenía en la Biblia ni respondía al anhelo de su corazón.Recogemos su testimonio en primera persona, tal como lo cuenta a Religión en Libertad y como lo ha transcrito el periodista Pablo J. Ginés, porque explica cuál es el proceso por el que se entra en este grupo, cómo captan nuevos miembros, cómo los entrenan y los envían a calles y casas. En la foto de la izquierda podemos verla con Luis Santamaría, de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).
»Mi familia era católica, aunque mis padres no estaban entonces casados por la iglesia, por unos problema de partidas de bautismo quemadas o perdidas. Dejaron el tema y se casaron por lo civil. Me dieron una educación católica: hice la secundaria en el colegio Presentación de María, de religiosas, recibí los sacramentos, la comunión y la confirmación. A los 19 años estudiaba derecho, iba a misa e incluso cantaba en el coro, pero mi formación y mi fe era muy superficial.
»Yo había oído hablar de sectas demoníacas y satanistas, y mi papá me prevenía contra los Testigos de Jehová que tocaban a menudo a la puerta. Pero nadie me había hablado de los mormones
La amiga y la acogida
»Yo tenía una amiga en mi colegio de monjas que era mormona. Me dijo: “acompáñame un domingo a ver mi iglesia”. Así que un domingo me salté la misa para ir con ella a ver su iglesia. Y me gustó. La gente era muy acogedora: todos lo eran, las señoras, las chicas de mi edad, los chicos.
»Tenían reuniones para jóvenes en las que hablaban sobre las virtudes. A otros jóvenes quizá les parecería aburrido, pero yo era una chica con pocas amistades. No me gustaba salir de fiesta, las fiestas no me llenaban. En cambio, esta gente, que parecía tan pura, virtuosa e inocente, sí que me llenaba.
»Hoy que soy católica y adulta sé que tenemos que enfrentar el mal que hay en el mundo y en nuestras vidas, pero entonces, con 19 años, yo no quería enfrentarme a la realidad, no quería embarrarme. Yo quería protección, un entorno seguro, un grupo acogedor y virtuoso que me protegiese. Los mormones me ofrecían eso.

Dos chicos jóvenes hablando de Dios
»Ellos me enviaron dos jóvenes misioneros a visitarme a mi casa y darme charlas dos días por semana. Eran dos chicos de mi edad, de 19 años, uno peruano y otro de EEUU. Yo les decía a mis padres que eran cristianos y amigos de mi amiga y que venían a hablar de Cristo y de Dios. Ellos, demasiado confiados, nos dejaban solos en el salón.
»Yo estaba impresionada de que dos chicos de 19 años, de mi edad, me hablasen de Dios con pasión. Más aún, estaban dedicando 2 años de su vida joven sólo a eso, a hablar de Dios. Me sorprendía y admiraba: no conocía a nadie en la Iglesia católica que hiciese eso.

Mr. Smith y el “verdadero” cristianismo
 
»En las primeras charlas, te hablan del Libro de Mormón. Te dicen que la enseñanza plena cristiana se había perdido desde la muerte del apóstol Juan, y que no se ha recuperado hasta que un ángel revela al profeta Joseph Smith, hacia 1830, dónde está el Libro de Mormón con todas las enseñanzas perdidas.
»Usan siempre las mismas citas de la Biblia para apoyar al Libro de Mormón. Los mormones enseñan, según su libro, que Jesús, al resucitar, se apareció y enseñó a los pobladores de América. Eso lo apoyan en la Biblia cuando Jesús dice: “tengo otras ovejas que no son de este redil”. Para justificar que además de la Biblia esté el Libro de Mormón citan Ezequiel 37, 15-17, que habla de “un palo de Judá” y “un palo de José, o Israel”, que Dios ha de unir. Ellos dicen que esos dos palos son dos libros: la Biblia y las escrituras de Mormón. Y sobre el profeta Smith citan Amós 3,7: “el Señor no hará nada sin revelar sus secretos a sus siervos los profetas”.
Hacer preguntas es bueno
»Yo en esa época escribía un diario, que aún conservo. Y apunté una idea que se me pasó por la cabeza: “si ese Libro de Mormón es otro testamento, ¿por qué no hay pruebas arqueológicas, por qué no hay papiros de él o pergaminos de él, como con la Biblia?”. Ellos enseñan que el ángel se llevó el libro de láminas de oro que José Smith había leído y traducido al inglés. Pero ¿por qué Dios hizo algo tan distinto a lo que hizo con la Biblia? Me daba vergüenza preguntarles eso porque ¡ellos eran tan amables!
»A la pregunta de por qué no tenemos los textos que el ángel reveló a José Smith, ellos responden citando a San Pablo: “la fe es certeza de lo que no vemos”, y también citando su propio libro: “hay muchas cosas de Dios que no las vas a ver”.
»En realidad, como comprobé después siendo misionera mormona, a los jóvenes misioneros mormones no les enseñan muchas respuestas a las objeciones. Muy pronto responden a todo con esta frase: “Te invitamos a que ores a Dios esta noche y que Él te hable y verás que es verdad lo que enseñamos”.
»Y oré esa noche. Y no sentí nada, Dios no me dijo nada. Y lo escribí así en mi diario, sinceramente. Pero a ellos, sugestionada o por lo que sea, les dije: “sí, siento que es verdad”. Yo quería pertenecer a ellos. Sólo me pedían ser buena, y yo quería ser buena, y pensaba que la Iglesia verdadera sería simplemente la obediente a las cosas buenas, virtuosas, y parecían ser ellos.
»Era 2005, se acababa de morir Juan Pablo II, salía Benedicto XVI como nuevo Papa, y algunos me decían que si era feo, que vaya aspecto, que cómo iba a seguir yo en la Iglesia Católica.

Rebautizada mormona
»En fin, en esa fase, después de 4 o 5 charlas, te invitan a bautizarte como mormón. Para eso, te hacen antes una entrevista previa. Has de decir que crees en el Libro de Mormón y que aceptas al profeta Joseph Smith. También te preguntan si has matado a alguien, si has abortado, si has tenido relaciones sexuales. Creo que ellos no quieren aceptar a cualquiera, a gente que ha tenido una vida muy poco virtuosa, excepto si son parientes de alguien. Pueden rechazarte. Me parece que a las personas con inclinaciones homosexuales las rechazan a todas o casi todas, por ejemplo.
»A mí me aceptaron y organizamos mi bautismo mormón. Mi papá no vino: les dijo que éramos católicos “de la Virgen y del Señor de los Milagros”. De mi familia solo vino mi mama ¡y mi madrina del bautismo católico! Hoy digo: ¿qué barbaridad, no? Mi madre lloraba: “hija, pero si yo te di los sacramentos en la Iglesia católica”. Y yo le respondía:“¿prefieres que me vaya de discoteca cada sábado, por ahí?”. Con eso la presionaba. Ellos me veían feliz, y veían que los jóvenes mormones parecían gente buena. Era una falsa elección: o ellos, o el mundo de la noche y las discotecas.
»En el bautismo mormón entras en una piscinita de cuerpo completo, con una túnica blanca. Tú escoges qué hombre te bautiza: yo escogí a los dos misioneros que conocía. Te echan para atrás, como hacen los baptistas y otros protestantes, y te sumergen y dicen: “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, pero, atención, porque ellos no piensan que es un único Dios; para ellos son tres dioses distintos. A Joseph Smith se le aparecieron el Padre y el Hijo en un bosque, hay un dibujo típico que lo ilustra, como dos cuerpos distintos. Cada vez que en el Antiguo Testamento se dice que Moisés vio la cara de Yahvé, o que Dios señaló con su dedo, o dio la espalda al pueblo, etc., ellos interpretan que Dios Padre tiene cuerpo, con dedos, cara, espalda, etc.
»En cuanto empiezas a ir a los mormones te animan a pasar con ellos mucho tiempo. Te hacen estar cómodo, es como tener otra familia. Ellos no creen que Dios habita en ti y te transforma y hace santo. No, ellos creen que por sus propias fuerzas serán perfectos, que ya lo están siendo, porque cada uno va a ser un dios. Y claro, esa perfección es imposible, pero esa es la fachada que intentan dar.
»Son muy exigentes en el control de la sexualidad: cualquier encíclica católica sobre el tema es mucho más humana, más comprensiva. Ellos son más tajantes, te controlan demasiado, como un robot. A las chicas las animan a estudiar, sí, pero lo ideal que plantean es que enseguida se casen y que tengan muchos hijos.
Muchos manuales para estudiar
»Una vez bautizado, te dan muchos manuales para estudiar, algo que haces cada domingo en su escuela dominical. Mi experiencia, y lo vi con otra gente poco dada a los estudios, es que los primeros meses al menos hay mucho interés y se leen los libros. Ellos ofrecían también un servicio para ayudar a encontrar y ayuda a la gente.
»Enseguida te dan un “llamamiento”, que es un cargo, en mi caso era una función con jóvenes. Un año después me hicieron misionera de barrio: a tus ratos libres acompañas a los misioneros en sus visitas a las personas interesadas, que en su vocabulario se llaman“investigadores”. Los acompañantes sirven para hacerse amigos de los “investigadores” (es decir, las personas no mormonas), invitarles, tender lazos, etc…
»También aprendí a rezar al estilo mormón, siguiendo un tríptico que lo explicaba. Hay que hacer una breve oración al levantarte, otra al acostarte y otra en cada comida. La estructura es siempre igual: “Padre Celestial, te damos gracias por tal cosa, te pedimos tal otra, en el nombre de Jesucristo”. En las comidas, das gracias por la comida. Se dice siempre “Padre Celestial”, no “Padre nuestro”.
El culto mormón
»El domingo hay una reunión de unas tres horas. La llaman “reunión sacramental”. Se juntan todos los miembros de una zona. No hay un oficiante sino un par de conferenciantes o discursantes, los que les toque ese día. Uno habla del ayuno, otro del diezmo (un tema muy insistente). Otro día pueden hablar del bautismo de los muertos o del “sellamiento”, como llaman al matrimonio. Al final, siempre alguien “da testimonio”, pero eso no consiste en contar su experiencia sino simplemente en exponer, de una forma muy repetitiva, que dé seguridad, semana tras semana, que crees en Joseph Smith, en el Libro de Mormón y en su iglesia.
»Después me tocó ser misionera en el extranjero. Es algo que todos han de hacer: 2 años los hombres; uno y medio, las mujeres. Se realiza poco antes de acabar tus estudios. Te mirarían muy mal si no lo haces. Normalmente uno se casa después, a las chicas les animan a casarse con jóvenes que ya han misionado, porque son más maduros en la fe.
»Los misioneros mormones son, sobre todo, esos chicos y chicas jóvenes. También hay adultos ya jubilados que van como misioneros unos años al extranjero. Y hay además matrimonios mayores, a veces pre-jubilados, que pueden ser presidentes de misión. No hay misioneros “de por vida”. Tampoco hay “pastores”. Lo más parecido es el “obispo”, pero no se mantiene con los diezmos, sino con un oficio. Los diezmos son para mantener las “capillas” (centros locales) y el resto va todo a la central a Estados Unidos. Por eso no hay escándalos de pastores con vehículos o gustos lujosos. 
Pagar las misiones a tu hija
»En 2006, yo llevaba ya un año y medio de miembro, y mi novio era un mormón peruano que ya había sido misionero. Quedamos en que yo haría la misión y quizá luego nos casaríamos. El me animó a ir a la misión. Es caro: parte lo pagas tú, otra parte tus padres y otra la iglesia. Yo tenía ahorrados como 500 euros, mucho para Perú, que gasté en esto. Mis padres debían comprometerse a 100 euros mensuales. Mi madre lloraba: les quitaban a la hija y además había que pagar por ello. Y había que comprar mucha ropa y materiales, gastos que impacientaban a mi mamá. “Es una vez en la vida”, le decía yo.
»Primero me mandaron a Colombia casi un mes a formarme. Era como un internado donde estábamos muchos muchachos y muchachas de Perú, Colombia, Venezuela… Nos enseñaban cómo convencer a la gente, con unos vídeos, cómo hablar, qué hacer si te sale mal. Era muy pesado, pero yo estaba contenta. Te enseñaban las escrituras que hemos comentado y cómo responder las preguntas de los “investigadores” (la gente no mormona).
»Los mormones no quieren que les refutes mucho; el mormón da sus citas, y si le hacen preguntas dicen lo de “récelo y verá que es verdad”. Ellos dicen que no tienen que perder tiempo refutando doctrinas. Apenas intentan tapar dudas con la Biblia o el Libro de Mormón. Nos enseñaban a hablar sólo de Joseph Smith, de la nueva revelación completa, del Libro de Mormón.
»Nos explicaban que la enseñanza cristiana se pervirtió con Constantino en el siglo IV, que se corrompió el cristianismo. Luego aprendí que esto lo tomaron de otros protestantes. Allí nos enseñaron que Calvino y Lutero apenas “prepararon” el camino para la recuperación del cristianismo, que llega con Joseph Smith.

La compañera inflexible
»Llegué de misionera a Guayaquil, Ecuador, en marzo de 2007. Me pusieron una compañera chilena, de mi edad, muy reglista y exigente, que no admitía ningún decaimiento ni cansancio. Era hija de mormones, con nueve hermanos, crecida en familia mormona, no como yo. Los misioneros van en parejas, a todas horas excepto al baño. Espanta peligros, pero también “tentaciones”.
»Cada día a las 6,30 de la mañana nos levantábamos a estudiar lo que hablaríamos en la calle. A las 9,30 salíamos, tratábamos a la gente, de pie, caminando, con el calor de Guayaquil. Un descanso para almorzar, y seguir hasta la noche. De noche nos arrodillábamos y rezábamos pidiendo más “investigadores”. Si nos peleábamos entre nosotras, ese era un momento para pedirnos perdón. Aunque los lunes era día de descanso y otros misioneros hacían turismo, ella me ponía a estudiar. Y así, siendo misionera en Guayaquil, se quebró mi confianza en la fe mormona. 
La anciana católica resistente
»La primera “caída” fue por una señora de unos 75 años, que era muy católica, aunque uno de sus hijos era evangélico y el otro era obispo mormón. Este obispo nos insistía y mi compañera se había encaprichado con conquistarla, y le llevaba postres y la visitábamos mucho.
»Cuando un católico se pone muy firme, nos habían enseñado en que hay que insistir en que la Iglesia católica ya no era de Cristo, que no lo era desde Constantino, que todo era malo desde entonces: las imágenes, la Virgen, el bautismo de niños, etc.
»Y mi compañera insistía tanto que yo recordé mi propio pasado católico y me emocioné. Y se lo dije a ella, a la compañera chilena, llorando: “si convenzo a esta señora siento que estoy traicionando algo mío”, dije. Mi compañera quedó de piedra. “Es normal, hace poco que eres miembro, eres de familia católica, yo hablaré con la señora”, respondió ella. No sirvió de nada: la señora llegó a la entrevista bautismal por insistencia de su hijo y sin convencimiento, pero como dijo que no pensaba ni dejar de fumar (algo importante), la rechazaron. Y la dejamos.

Evangélicos y testigos, ¡mucha Biblia!
»El caso es que descubrí que casi no teníamos argumentos ni respuestas. Los testigos de Jehová nos ponían cabeza abajo, no aceptaban ni a Joseph Smith ni su libro y no estábamos preparadas para refutarles nada. Y también los evangélicos nos refutaban y yo pensaba: ¿somos misioneras, entrenadas, pero no sabemos responder cosas supuestamente básicas de la Biblia? Y empecé a dudar. Esa era mi segunda “caída”, ver que no teníamos respuestas. Y lloré otra vez: “estoy dudando de la fe”.
»La misión, que debía reforzar mi fe mormona, la estaba destruyendo. Y me preguntaba: “¿estaré haciendo bien al querer cambiarles su fe?, ¿tengo derecho a cambiar su vida? ¡Si hasta yo dudo!”.
»Yo ya me había empezado a fijar en cosas: que los mormones casi no usan la Biblia, que habían tenido poligamia en un pasado reciente, que había doctrinas ocultas. Y yo me di cuenta que me gustaban y me emocionaban las campanas en las iglesias católicas, y ver la gente que salía en procesión, devota del Divino Niño. Y la Virgen. Me preguntaba: “¡cómo voy a decir que esto es malo y pagano!”.
»Y en un encuentro con el obispo mormón le dije: “siento que miento cuando hablo”, y dije que quería dejar la misión. Pedí a mi compañera: “Dile al presidente de la misión que me vuelvo a mi país, que me siento un robot”. 
Defendiendo al Papa
»El presidente de la misión intentó disuadirme para que no marchase. Pero yo no le dije simplemente “añoro a mi familia” o “estoy cansada”. Yo defendí a la Iglesia católica. Le dije que ya no quería hablar mal de la Iglesia católica, que yo pensaba bien del Papa, y que en la Iglesia católica hay santos y gente buena. Y eso le enfadó.
»Él me insistió, que la Iglesia y el Papa son la Ramera de las escrituras, que mis sentimientos venían del demonio, que si volvía al catolicismo mi vida sería un desastre en todos los sentidos. Durante una semana cada noche mi compañera me intentaba convencer; le daban instrucciones de cómo convencerme. Y le dije: “sal de mi cuarto que me confundes”. Y esos días, después de varios años, empecé a rezar a la Virgen, a pedirle que me protegiera, porque mi compañera se ponía muy sectaria y tenía miedo de que llegara a pegarme. Me dije: “en cuanto llegue a Perú con mi familia lo del mormonismo se va a acabar”. Ya sabía que no podría encajar.
De vuelta a casa: un año de insistencia
»Al final me pagaron el vuelo a Perú. Y fui a mi casa. Allí los mormones me enviaron a mi novio, a los amigos, a mi mejor amigo. Yo dudaba. ¿Volver? Pero ahora ellos me daban miedo, no seguridad. Ya mi hermano me había dicho: es una secta. Insistieron casi un año. Pero yo ni les recibía, ni a mi antiguo novio: no quería recaer por amistad. Mis papás me dijeron: corta con todos ellos. Mis padres cobraron la fuerza que antes no habían tenido.
»Estuve un buen tiempo aislada en mi casa, sólo con Internet, leyendo de gente que salía de sectas. Hablé con el párroco de mamá, pero sólo me dijo: “bienvenida, no te sientas mal”. No me dio más formación. Yo necesitaba una atención especial, acababa de salir de un grupo muy cerrado e intenso.
»Mis padres se estaban convirtiendo, avivando su fe católica en las catequesis del Camino Neocatecumenal, pero tampoco ellos me daban respuestas. Yo creía que la Iglesia católica era verdadera, y que la evangélica también lo era, porque leía muchos testimonios de ex-mormones en Internet que eran evangélicos. No había ningún “carisma”católico que me limpiase de mi experiencia mormona. Pero los pastores evangélicos tampoco me inspiraban confianza.
Los que sabían de sectas
»Y un día mi madre me dio un folleto sobre sectas de los Apóstoles de la Palabra, un apostolado católico muy basado en la apologética, en la defensa de la fe. Busqué su dirección. “Viven aquí en la esquina”, me dijeron. Llegué en bici, y allí estaban las Hermanas de los Apóstoles. Mi historia les asombró. “Nunca nos había llegado alguien con esta necesidad. Ven con nosotras los sábados”, me invitaron. Y fui a sus charlas: entendí la enseñanza católica sobre las imágenes, Dios, la naturaleza de Cristo, me dieron libros, todo bien explicado. Y ahora, cuando venían los mormones, ya no los rehuía: los enfrentaba, les sacaba la Biblia, les refutaba.
»Hoy, mirando al pasado, creo que lo que mas me ayudó fue la presencia de la Virgen María, que he reconocido después. Al volver al catolicismo, vi películas sobre ella, le recé… María, creo, es lo que más me ha alegrado recuperar, y ella me ha atraído a través de sus imágenes.
Publiqué mi testimonio en algunas webs católicas, y conocí por Internet a quien hoy es mi esposo. Él también había estado cerca de los mormones por un amigo suyo y a mí me ayudó con argumentos y amistad. Él es español, de León. Después de tres años de novios “cibernéticos” nos casamos en Lima y ahora vivimos en Madrid. Somos catequistas de niños de Primera Comunión en la parroquia de San Romualdo. Y les damos pequeñas enseñanzas de una fe razonable, para defender la fe de la Iglesia de todo tipo de ataques."

Tras leer su testimonio, cualquiera que ha sido miembro de la iglesia mormona sabe que sus palabras son muy creíbles, y aunque no comparto la postura posterior de Yasmin en cuanto a la iglesia católica, no puedo pisotear su nombre usando la difamación para ubicar mis puntos de vista por encima de los de ella, algo que si hicieron los defensores mormones:

En fecha tan reciente como el 29 de enero de este año, la website apologética del mormonismo, elfaromormon.org, hizo una publicación sobre el testimonio arriba citado, del cual aseguraron: 


Observen bien quienes son los autores del artículo: 

Por lo que los de infocatolica.com dijeron:
¿Quién no les ha visto alguna vez por la calle? Van siempre bien vestidos, llevan un cartelito en la camisa o la chaqueta con sus nombres y acostumbran a llevar una Biblia y un Libro de Mormón.
Si hablas con ellos, muestran una amabilidad exquisita mientras intentan convencerte de que ellos son la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Ciertamente es complicado que convenzan a muchos católicos, ya que hay que estar en una situación personal realmente rara para aceptar la historia que se inventó el polígamo Joseph Smith, pero siempre encontrarán a personas que se sientan atraídos por la bonhomía de sus misioneros.
Ahora bien, cuando alguien osa salirse de la secta, las buenas maneras desaparecen. Un ejemplo de ello es lo que acaba de hacer SUD Noticias en Facebook. Es una página de noticias mormonas. En el día de ayer se hicieron eco de esta información de El Faro de Mormón:
Pareja de delincuentes se hacen pasar por investigadores de la Iglesia

La cosa no tendría mayor importancia si no fuera porque los sectarios de SUD Noticias han puesto como imagen de la noticia la foto del P. Luis Santamaría y Yasmin Oré Ramírez, ex-adepta mormona y hoy católica por la gracia de Dios:
Hay que ser muy sinvergüenza, sectario y mala gente para hacer eso. Se les ha pedido que retiren esa calumnia, pero ahí sigue. Animo a nuestros lectores a que se pasen por esa web a decirles lo que opinan de semejante bajeza. Y de paso, les animo a que se lean el testimonio de Yasmín, publicado en el blog de RIES en InfoCatólica. Si algo bueno podemos sacar de todo esto es precisamente una mayor difusión de la obra de Dios en la vida de nuestra hermana peruana en la fe.
Luis Fernando Pérez Bustamante --  Mormones, tan simpáticos y tan sectarios/infocatolica.com
Luego de tal descalabro, se esperaría por lo menos una disculpa pública por lo sucedido y una aclaración del hecho por parte de los que usaron las calumnias en contra de Yasmin, pero contrario a eso, inventaron una noticia para tapar el profundo hueco que les quedó al ser descubierta su ruindad, y digo que la noticia es inventada por que no usan ninguna fuente oficial para sustentarla, ni hay testimonios o información de algún diario local que apoye la "noticia".
Pareja de delincuentes se hacen pasar por investigadores de la Iglesia 28 enero, 2015 Ignacio M. Bello 0 Comentarios Misionero
25769_Manos_atadas
La imagen de Yasmin Oré y Luis Santamaría fue cambiada por ésta
SANTIAGO, Chile (LA) – Hace unas semanas una familia santo de los últimos días fue afectada por un acto delictual al recibir a un “matrimonio de investigadores de la Iglesia” en su hogar.
Una pareja de delincuentes, de nacionalidad colombiana, se hizo pasar por investigadores en una de las misiones del sur de Chile, engañando a misioneros y miembros, con el fin de asaltar la casa de unos miembros de la Iglesia.
De acuerdo a cercanos a la familia, los misioneros habían coordinado una noche de hogar con los supuestos investigadores que parecía muy interesado en conocer más de la Iglesia y unirse a ella en un tiempo próximo, pero los élderes no pudieron asistir por temas de la misión, pero la familia anfitriona no quiso cancelar dicha noche de hogar y dio dirección al matrimonio “investigador”.
De noche los delincuentes llegaron al domicilio muy amablemente y llevaron de regalo un pie de limón para el refrigerio. Lamentablemente en un momento de la noche de hogar la familia que los invitó a su casa fue maniatada y asaltada, les robaron sus pertenencias personales, joyas, dinero y nunca más supieron de esta pareja.
Al hacer la denuncia en Carabineros se encontraron con que la pareja estaba ya siendo buscada por la policía por temas de tráfico de drogas.
Hechos como este, que fue absolutamente raro y aislado, podría evitarse al mantener contacto directo con líder misional, ya que él debe conocer a cada investigador, y programar citas junto a los misioneros encargados de cada investigador.
Si alguien llegara a tener información sobre el paradero de estos antisociales puede compartirla con nosotros a través del correo electrónico contacto@elfaromormon.org.
¿Notas la diferencia que hay entre el autor del artículo difamatorio y el de la noticia inventada para tapar la falta de respeto y difamación que cometieron? En el primero, como lo vemos en la foto, la autora es Ly-Ann Ayala y la colaboración de Ignacio Bello, y en el segundo es adjudicada a Ignacio M. Bello, claramente hay gato encerrado.

La foto ha sido borrada
Si hoy ingresas al link en el que se encontraba la noticia difamatoria, esto es lo que encuentras:

La foto ha sido borrada, el titular se ha mantenido, lo que era obvio, pero al ingresar se te direcciona hacia la noticia inventada que compartí de su website.

Como te puedes dar cuenta, entre los defensores de la secta, el "mentir por el señor" es una forma más de justificar y cubrir de santidad al grupo, sin importar que se tenga que pisotear el buen nombre de cualquier persona usando la mentira y la difamación.

Cuando aquello que creemos que es "verdad" o " la iglesia verdadera de dios" necesitan ser defendidas a través de acciones como estas, tal vez, donde realmente estemos, es sumergidos en un terreno fangoso que, de movernos con violencia, solo nos hundimos más, así como éstos personajes, que por intentar justificar a su secta usando la maldad, solo se sumergen más en lo profundo del foso.


Esta es la primera parte del  testimonio de Yasmin Oré Ramirez, si deseas ver las siguientes, ingresa a : https://www.youtube.com/watch?v=xLmnye8HkGI






8 comentarios:

  1. Me pregunto cuál sería la respuesta de estos santos si uno les pregunta directamente. Ellos no tienen problema embarrado el buen nombre de la gente, pero después se quejan que ellos son los persrguidos.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Completamente de acuerdo, personalmente he sido blanco de muchos de ellos, y sé de primera mano lo inmorales y crueles que llegan a ser con tal de afirmar su secta y la voz de sus líderes, para ellos "el fin justifica los medios".

      Borrar
  2. Eso simplemente se llama hablar a conveniencia....yo he hecho todo eso...yo soy misionero retornado y tuve experiencias como esas..y muchas mas ...si puede que seamos humanos y esa es nuestra tendencia...mentir...pero hay algo que lo se por medio del espíritu de Dios...que la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días es la iglesia verdadera de Cristo sobre la tierra..y lo se no por que le crei a alguien si no porque recibí respuesta legítima de Dios...una luz propia y no prestada...por eso alzo mi voz y testifico de esta verdad..

    ResponderBorrar
  3. Eso simplemente se llama hablar a conveniencia....yo he hecho todo eso...yo soy misionero retornado y tuve experiencias como esas..y muchas mas ...si puede que seamos humanos y esa es nuestra tendencia...mentir...pero hay algo que lo se por medio del espíritu de Dios...que la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días es la iglesia verdadera de Cristo sobre la tierra..y lo se no por que le crei a alguien si no porque recibí respuesta legítima de Dios...una luz propia y no prestada...por eso alzo mi voz y testifico de esta verdad..

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Eso lo he escuchado de Testigos de Jehová, Adventistas, Musulmanes, Católicos, Luteranos, Calvinistas, Pentecostales, etc... La subjetividad no ayuda en nada, debes presentar pruebas de tu afirmación para que sea tenida en cuenta y sea aceptada por todos, sino, simplemente es un cúmulo de sentimientos influenciados por otros.

      Borrar
    2. Con la bibla yo encontre respuesta , pero la bibla le falta cosas y no esta bien traducida

      Borrar
  4. Naa yo siempre investigo sin tengo duda,
    Ademas la iglesia catolica viola niños

    ResponderBorrar
  5. Vergonzoso, realmente. Recuerdo haberlo visto y me di cuenta enseguida de que era una mentira, un invento. La chica de la foto creo que es peruana y el chico es un cura que se dedica al tema de las Sectas y es de España, de hecho lo tengo de contacto. Como decía mi mamá, "la mentira tiene patas cortas".

    ResponderBorrar